Termina un trimestre raro, atípico. Inimaginable para todos hace tan solo unos meses. Un trimestre que nos ha servido para recordarnos que nuestros alumnos son capaces de superar adversidades muy complicadas, que su capacidad de adaptación es enorme, que juegan, sonríen, trabajan, vienen al cole y aceptan las normas con optimismo. Que son responsables. En definitiva, un trimestre para recordarnos que tienen mucho que enseñarnos a los adultos. Que quizá el mundo iría un poquito mejor si lo mirásemos con los ojos de un niño.
Solo por eso, por nuestros alumnos, merece la pena el
esfuerzo de seguir trabajando lo mejor que sabemos para que esto pase pronto y
que ellos recuperen la normalidad que perdieron hace meses.
Feliz Navidad. Nos vemos el 8 de enero.
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